martes

Cinco minutos para el amanecer y aquí estoy otra vez mirando el cielo en busca de estrellas fugaces. No sé si soy yo o el universo se ha puesto de acuerdo para enredarme entre tu pelo. Me encuentro a mí misma dando consejos sobre algo que queda claro que no entiendo, o no estaría donde estoy ahora. Quisiera poder decirte que mis sonrisas son cada vez menos fingidas y que la sombra de lo que era cada vez está más cerca. Quisiera decirte que nada es importante, que todo va a mejor, pero no encuentro las palabras ni el momento. Sólo encuentro este maldito miedo a avanzar, a perderme otra vez. Lo sé, soy una cobarde, pero nunca dije que se pudiera esperar más de mí. Desearía que hubiera algún lugar hacia donde correr pero ni siquiera en mis pensamientos estoy a salvo de ti, todo es culpa de estas condenadas estrellas que no dejan de dirigir todos mis caminos hacia el mismo punto sin retorno, hacia tí.



No hay comentarios:

Publicar un comentario