miércoles


Que el mundo es para los que desesperan y tienen miedo, porque son ellos los que toman los riesgos de apostar. Que no tengo nada que decir aunque las palabras me ahogan y el silencio pide a gritos que lo escuchen. Que el mañana está tan cerca como lo quieras ver, y que no por estirar la mano llegarás a las estrellas. Cuando aprenderás que es mejor dejar el pasado donde está y que las posibilidades del futuro son más atrayentes que una vieja historia que ya sabemos como terminará. Mira, al fondo a la derecha está el norte, hacía tiempo que no lo veía tan claro.

Sigue tu camino, mirar atrás no es una opción. Vive, échame en cara lo que quieras que por fin llegue al punto de no retorno. Veo en tus acciones mis propios miedos reflejados, y sinceramente ya no hay sitio ni siquiera para la pena. Una canción que repite los finales y un piano que no se puede tensar más. Poco queda ya de aquel azul que un día inundó nuestro cielo, ese que ya no es tuyo, pero que seguirá siendo mío aunque sean otras personas las que lo compartan. Y me pregunto que te quedará cuando caigan las vendas y veas que con el velo la realidad se distorsiona, se malforma. Cuando te des cuenta de que las verdades no son universales y que lo que vale para ti a lo mejor a mi me mata por dentro. Mírame, puede que no haya nadie más imperfecto que yo, pero ahora soy feliz, aunque ya tú no quieras estar aquí para verlo.

domingo


Frustración. Es lo que sentimos cuando no nos hacemos entender. Te quema y destroza, te hace querer gritar y gritar hasta que dejen de oirte y te empiecen a escuchar. Venga nena, cambia esa mirada triste, no puedes demostrar más de lo que haces, y no puedes entregar más de lo que das. No hagas caso de esas voces que te hacen dudar, porque es tu momento de ser feliz. No te alejes, porque me obligarás a ir a buscarte. Vamos, la música suena y aun te queda mucho para bailar. Solo relájate y sonríe, que tu sabes que esto solo acaba de empezar.

miércoles



Risas lejanas y reservas que cada vez me alejan más del mundo. Esta calle de recuerdos perdidos no nos lleva a ningún sitio. Todos tenemos nuestros secretos, cosas que ocultar por miedo, vergüenza o venganza. Los hay de esos que te comen por dentro, que mantienes para ti con el propósito de no hacer daño a nadie o de no remover un pasado que te atormenta. Dime que me ocultas y te diré quién eres, no te preocupes que no te juzgaré, hace tiempo que sé que ese papel me viene bastante grande. Contarte mis secretos, quitarme este peso de encima es fácil en teoría, imposible en la práctica.