martes

Te das cuenta de que necesitas un cambio cuando al mirarte al espejo no te reconoces. Cuando por fin caen las máscaras y te das cuenta de que en el fondo, nunca ha sido suficiente. Por mucho que lo hayas intentado, por mucho que hayas dado de ti misma, la triste realidad es que no ha servido para nada. Porque me pides más de lo que das y ya no me queda nada por regalar. Llegué a ese límite que en su día marqué tan alto y el cual jamás soñé alcanzar. Es hora de replantearme todo esto y empezar a tomar decisiones, el limbo no está mal, pero no es un buen lugar para vivir. Hora de empezar a hacer caso a esas voces que tanto tiempo llevo callando. ¿Qué más puedo hacer?. Me dejas sin opciones y ya me cansé de estar aquí a cualquier precio. Ésta es la última vez, ¿qué esperabas? ya son demasiadas las veces que he estado aquí.



lunes



Ya llega, ya está aquí. Esa sensación entre alegría y tristeza mezclada con alguna que otra taza de chocolate, que todos los años me recorre a finales de Noviembre. Dime qué te gusta de la Navidad y quizás te diga lo que me gusta a mí. Quizás te diga que me gusta la sensación de frío en mi nariz y el ambiente en las calles. La iluminación, aunque tan criticada por ser un derroche, sigue haciendome soñar cada año y la cara de los niños al ver a esos tres personajes con trajes de época no tiene precio. Puede que te diga que hace tiempo que desde el día diecinueve hasta el día nueve tengo un nudo permanente en el pecho recordando a aquellos que hacían cada navidad inolvidable, pero que hace tiempo que ya no están. Que me encanta decorar la casa pero odio quitar los adornos tras las fiestas. Quizás, y sólo si te portas bien, te diré que cada fin de año me propongo doce propósitos de los cuales solamente cumplo el de recordármelos todos los días y que cada año, con cada pérdida, estas fiestas se vuelven un poco menos infantiles para volverse algo más melancólicas. Sí, la Navidad es algo que me gusta, no por los regalos ni las compras, sino por ese espíritu que posee a las personas y que cada año nos hace un poquito mejores. Algunos me dirán que debería durar los trescientos sesenta y cinco días, a lo que yo contestaré, tienes razón pero, ya que no es así, una vez al año no está mal.

viernes

Hoy no es su santo, ni su cumpleaños, no es ningún día especial en su vida, creo que hoy no lo necesita oir y supongo que no se lo esperará. Hoy, me parece un buen día para agradecerle todo lo que me soporta, porque tengo la sensación de que ya un simple ''gracias'' no es suficiente. Me llamará pesada muchas veces se las he dado, pero necesito decírselo una vez más. Ella que tan poco tiempo lleva en mi vida no sabe lo mucho que la aprecio. Llegó por casualidad, entre risas, canciones y alguna que otra conversación intensa por la liberación del pueblo saharaui. Entre guerras de césped, tardes de bipolaridades, bibliotecas y napolitanas. Tiene una capacidad para hacerme hablar que muy pocas personas poseen y una fuerza interior de la que creo que ni siquiera ella es consciente. Siempre tiene la frase perfecta para el peor momento, y ese don de hacerte reir cuándo lo único que quieres hacer es acurrucarte en un rincón a ver pasar el tiempo. Es de ese tipo de personas a la que llamas con un 'te necesito' y tienes a tu lado en menos de un segundo, de esas que se empeña en salvar a gente que quizás no quiere ser salvada. Antes me asustaban sus arranques bipolares, en los que no sabía por donde podían salir todos esos sentimientos que se guarda y le cuesta tanto compartir,pero afortunadamente ahora está en su mejor momento y ni se imagina lo muchísimo que me alegro por los dos. Sólo ha pasado un año desde que la conozco, un año en el que, aunque me duele que tantas cosas hayan cambiado, una parte de mi se alegra porque si no fuera así, quizás ella no hubiera llegado a estar en mi vida. Ha llegado el momento de darte las gracias. Gracias por estar, por hacerme reir y por ofrecerte a hacer daño a los que me lo hacen a mi. Por decirme las cosas que necesito oir aunque me duelan y por escucharme con situaciones que no puedo arreglar. Gracias y aunque en un principio suenen vacías las digo de corazón, y es que aunque no lo parezca estos últimos meses sin ti, y tus consejos, todo hubiera sido muchísimo más duro.
Te quiero Moni :)

martes

Nunca lo entenderás. No, no lo harás porque para conseguir hacerte una ligera idea deberías ser de esas personas que no saben lo que quieren, que se pasan la vida imaginando situaciones en las que poder ser valientes y decir lo que sienten, sin importar lo que pueda pasar. De esas personas que lo único que buscan es que las quieran pero que tienen tanto miedo a sufrir que no dejan entrar a nadie. Ese tipo de personas que esconden tanto detrás de una sonrisa o de las que pasan por la vida de puntillas y con cuidado de no romper nada importante por el camino. Deberías pasar noches en vela preguntándote que has hecho para perderte tanto, y en qué momento del camino dejaste de ver tus propias huellas. Deberías parecerte un poco más a mi y un poco menos a ti. Y es que tu seguridad resulta sobrecogedora.

lunes


Llevaba tanto tiempo perdida que el sur parecía un buen lugar hacia el que ir. Y es en esa calle oscura que lleva al oeste de mis deseos, dejada de la mano de Dios, donde me encontré por fin. Sin caretas, sin mentiras ni puñales, sólo yo. Nada es tan doloroso como enfrentarte a lo que pudo haber sido, a las posibilidades de éxito que dejamos en honor al fracaso. Que irónica casualidad que me encuentre en un momento así, en el que las esperanzas se desvanecen y tantos sueños acaban a tres metros bajo tierra. El dolor a veces es insoportable, y las ansias me consumen demasiadas veces para mi gusto. Pero hoy, he recordado lo que es reír simplemente por el placer de hacerlo. Hoy, por fin he vuelto a ser yo, y no recordaba lo bien que se sentía. No me engaño, siguen los mismos problemas, las mismas dudas y quizás peores miedos, pero hoy la sonrisa me sale un poco más natural.

jueves

El dolor no lo encuentras en las grandes tragedias griegas, ni en las canciones de amor que nunca oyes. No está en la traición de un amigo, ni siquiera en esas tardes en las que el desamor sólo te lleva a abrazarte las rodillas mientras lloras preguntándote,¿por qué a mí?. El dolor lo encuentras en una cama. Una cama en la que lo que fue está tan difuminado que no sabes donde buscarlo. Una cama llena de la angustia del olvido, donde hace tanto tiempo que se perdió el norte, el sur, el este y el oeste. Desde donde ves a esas personas a las que tan vagamente recuerdas querer, pero que no son más que extraños en la niebla. Daría lo que no tengo por saber en qué piensas cuando miras al vacío, cuando ves esas cosas que nadie más parece ver. Reconocía la angustia en tus ojos cuando ese rayo de lucidez te alcanzaba de repente, sinceramente me alegro de no verlo ya. Porque no soporto ver como te das cuenta de lo que te consume, sabiendo que poco o nada puedes hacer para evitarlo. Porque quizás ha llegado el momento de decir adiós y me es imposible decírselo a quien tanto ha significado, a quien tanto ha hecho por nosotros.La memoria es traicionera, te recuerdo a duras penas, pero juraría que esta no eres tú, aunque difícilmente podrías serlo. La memoria es traicionera, ojalá fuera más amigable para poder pedirle que no te abandone.

martes


A veces quisiera dar marcha atrás en el tiempo, antes todo era más fácil. Quisiera que todo volviera a ser como antes y que volvieras a ser la primera persona a la que llamar cuando todo se desmorona. La distancia crea lagunas en nuestras anécdotas y no sé muy bien como cruzarlas en un bote que empieza a hacer aguas. Dime por favor si para ti es lo mismo, porque siento que los secretos no dejan de crecer. Dime por favor que tú también te estás dando cuenta porque tengo ganas de gritarte que dejes de oirme y empieces a escucharme. Las cosas cambian, esa cancioncilla no deja de repetirse una y otra vez en mi cabeza. Y quizás no es para peor, el cielo sabe que no cambiaría por NADA a esas personas que ahora forman parte de mi vida. Que me escuchan y me aconsejan. Que no paran de acribillarme a preguntas intentando derribar todas esas barreras que tanto me he esforzado en construir y que parecen empeñadas en echar abajo. Pero no puedo evitar echarte tanto de menos. A ti, que parece que cada vez estás más lejos te pido que vuelvas, no quiero perderte. Al resto, que saben los que son, con mil gracias me quedaría corta.
Me gusta mantener mis promesas, aunque me hagan daño. Si te digo que estaré aquí, significa que estaré, no hablo en vano. Tengo mil y un defectos y manías que deberían preocuparte. Nunca guardo la leche en la nevera ni me duermo sin comprobar que las ventanas estén cerradas. Hace tiempo que escribo pero lo mantengo como algo semi-secreto que pocos conocen. No me gustan las coles y me dan auténtico pánico las serpientes. Me gusta contar estrellas antes de dormir e imaginar cómo será la vida de las personas con las que me cruzo por la calle. Me siento sola más a menudo de lo que me gustaría, y prefiero sufrir yo a que lo hagan los demás. Tendía a confiar en exceso y eso me ha traído más de una dolor de cabeza. Mis estados de ánimo cambian con el viento y no sé decir que no cuando algo me hace daño. Te digo todo esto y quizás no me creas, no te estoy dando ninguna garantía. Pero, quédate con el principio, me gusta mantener mis promesas, aunque al resto del mundo no les importen.

lunes

Qué irónica casualidad que pasara en el momento justo. Tan irónico como que los pájaros canten en enero, o que llueva con sol en lo alto. Irónico es que encuentres veinte mil cucharas cuándo lo único que necesitas es un cuchillo, o que la vida se empeñe en hacerte caer cuando luchas por levantarte Irónicamente ambiguo el camino está lleno de intentos fallidos. Dame mil razones que ya me encargaré yo de sabotearme. Llámalo autoprotección o egoísmo, pero entre el humo de una pipa la realidad parece más clara, y así llegué a la conclusión de que si no dejas entrar, nadie romperá nada importante.

martes

Cinco minutos para el amanecer y aquí estoy otra vez mirando el cielo en busca de estrellas fugaces. No sé si soy yo o el universo se ha puesto de acuerdo para enredarme entre tu pelo. Me encuentro a mí misma dando consejos sobre algo que queda claro que no entiendo, o no estaría donde estoy ahora. Quisiera poder decirte que mis sonrisas son cada vez menos fingidas y que la sombra de lo que era cada vez está más cerca. Quisiera decirte que nada es importante, que todo va a mejor, pero no encuentro las palabras ni el momento. Sólo encuentro este maldito miedo a avanzar, a perderme otra vez. Lo sé, soy una cobarde, pero nunca dije que se pudiera esperar más de mí. Desearía que hubiera algún lugar hacia donde correr pero ni siquiera en mis pensamientos estoy a salvo de ti, todo es culpa de estas condenadas estrellas que no dejan de dirigir todos mis caminos hacia el mismo punto sin retorno, hacia tí.



miércoles


Para, para, para, para...Espera un segundo, necesito que dejes de correr porque creo que reconozco este lugar. Este es el lugar en el que mis miedos esperan a la oscuridad de la noche para salir a martirizarme, el lugar del que llevo huyendo tanto tiempo. Donde no tengo más remedio que enfrentarme a todas esas cosas que he ido aplazando y que ahora amenazan con destrozarme. Donde no valen las escusas ni los ruegos, donde están todas esas cosas a las que temo.Por favor, explícame cómo he llegado hasta aquí, porque no lo entiendo. ¿Dónde están esas preciosas barreras que con tanto esfuerzo y poca paciencia levante a su alrededor? ¿Dónde demonios quedo mi fortaleza para afrontar la realidad? Parece que fue ayer la última vez que estuve aquí, y pensar que ya hace tanto tiempo me prometí no regresar. Mira a tu alrededor, para mí todo esto ya es terreno conocido.




martes

Búscame en esas palabras que nunca te dije, en esos momentos que jamás vivimos. Me pican las palmas de todos esos abrazos que tengo guardados y que no parecen querer salir. Búscame en las canciones que te inspiran, que te hacen recordar. Como un vinilo desgastado que ya no quiere sonar, como ese niño que tiene miedo a confiar. No paro de repetirme a mi misma que no durará, hace tiempo que aprendí a protegerme y sin embargo mis barreras se derrumban, quizás ahora me puedas conocer de verdad. Reubícame, dame razones para razonar y no ceder a la locura. Esto es una noria, y ahora necesito estar arriba.

Recuérdame en las cosas que nunca te dije, en los momentos que nunca vivimos. En las noches capitalinas frente a un puerto en el que los barcos hace tiempo dejaron de pasar. Harta de repetir que las casualidades te encuentran aunque te escondas tras las cortinas. Silencios que hablan más que las palabras cuando hay poco que decir. Tantas cosas que contar y mi maldita mente sigue en blanco. Bueno, nadie dijo que esto fuera fácil. Sonreir y seguir adelante es lo que resta, ser valiente aunque los nudos de garganta te obliguen a aclarar la voz. Todo saldrá bien, lo prometo. Solo tienes que respirar hondo, cerrar los ojos y empezar a bailar mientras el sol aun brille.