miércoles


No entiendo por qué me sigo haciendo esto a mi misma. Por qué demonios mis pies, tan prestos a correr siempre, de repente están expectantes de lo que pueda ocurrir. Corre. Mi mente lo piensa pero mis piernas no responden. Quizás se han dado cuenta de que cada vez que me alejo inevitablemente acabo pensando en ti. Quisiera decirles que no sean tontas, que seguramente ya no pintamos nada, y que mejor nos vayamos con la melancolía a otra parte. Quisiera decirles que ya es tarde, que no todo sale como queremos y que a veces los silencios se acumulan en el alma. Pero parece que ahora mi maldita garganta también se ha rebelado, y ese estúpido nudo ocupa no me deja articular con claridad... Últimamente ni mi propio cuerpo me toma en serio. No me queda otra opción que esperar y confiar, aunque sea por una vez.

domingo

Te presto mis escudos para cuando ataquen los recuerdos, mis sonrisas para cuando no encuentres las tuyas y mis hombros para cuando te falte un poco de apoyo. Te presto mi luz para cuando el camino se oscurezca y mis alas para cuando quieras huir. Puede que caigas, que la lluvia moje tus sueños y que la vida de mil tres vueltas. Puede que yo me pierda y tengas que buscarme entre la maleza, pero mientras esté aquí, te prometo intentar que cada día salga el sol para secar tus sueños, y ayudarte a encontrar el norte. Mientras este aquí, la soledad se mantendrá a raya y siempre tendrás a alguien con quien contar. Así que sacúdete la tristeza, alza la cabeza y vamos a volar, que el viento empieza a soplar y el tiempo no puede ser mejor.

Romper esquemas y cristales parece un buen plan para el resto de la semana. Una oportunidad para ser fuerte y demostrar que estoy por encima de ello, eso es lo que quiero. Cuanto más lo planeo más se tuercen mis intenciones. Quiero que luches por mi cuando yo pierda las maneras. Que encuentres afirmaciones donde sólo aparecen negativas y que llegues a ver la verdad en los entrelineados de mi mente. Créeme pongo todo de mi parte, pero las malas costumbres son difíciles de controlar.

viernes

Pies fríos y algún que otro remordimiento de más. Cierra puertas y ventanas, pero acuérdate de dejar la luz encendida para mi. Curioso que la risa llegue cuando menos te lo esperes, llenando los espacios en blancos de mi mente. Es hora de avanzar, de pensar en soluciones y no en problemas. Este bote hace aguas, pero no te preocupes, que se nadar perfectamente. Una conversación profunda y un recordatorio de lo que fui, de lo que soy. Había olvidado lo bien que se sentía extender las alas hacia el horizonte y notar el sol en la cara. Es bueno volver a ser yo.

jueves


Y mientras camino pienso en todas esas cosas que quedaron por decir. Pienso en cada mirada cómplice y en esas lágrimas que busco cada día. Dame un poco de tu luz, porque últimamente mi mundo de las maravillas ha estado bastante oscuro. Mira bien, no todo lo que ves es lo que hay. Aquí no existe la unidimensionalidad. Aquí hasta la más fina hoja de papel tiene dos caras, y si no me crees, piensa en ello. Piensa en todas esas sonrisas que jamás llegan a los ojos o en esas caricias que se clavan como puñales. Quiero pensar que la vida se fabrica en una escala infinita de grises, porque en blanco y negro hace tiempo que dejo de darme respuestas.

domingo

Miedos, inseguridades, cabezonería. A veces el enemigo está tan cerca que para encontrarlo sólo tienes que mirar en un espejo. Nos saboteamos a nosotros mismos sin darnos cuenta, sin percatarnos de que en realidad solo hay una cosa en esta vida para la que no existe solución alguna, y todos sabemos cual es. Palabras de ánimo que se pierden en el humo. Espejismos de gatos revitalizados por el frío decembrino. Vamos ojitos tristes, sonríe. La noche recién empieza y tienes mil oportunidades para brillar. Y es que si algo he aprendido es, que no debes dejar que nadie te haga creer que mereces menos de lo que tienes, ni si quiera tu mismo.

miércoles

Aguas profundas y algún que otro gato maullando a la luna en busca de consuelo. Sigo sin entender cómo pueden los pájaros saber hacia dónde volar, cuando yo no distingo este de oeste. En cada charco un recuerdo y en cada gota una canción que me recuerda a ti. No todo es malo cuando se esconde el sol, a veces lo mejor de la vida espera a la oscuridad de la noche para salir. Ven, toma mi mano y vamos en busca de esos sueños que se esconden en el fondo de los vasos de aquel bar. Escucha, el sonido de tu corazón marca el ritmo de mis pasos. Déjame sentarme en tus pestañas, que yo prometo portarme bien... al fin y al cabo ahora no se me ocurre un lugar mejor en el que estar.