miércoles

Aguas profundas y algún que otro gato maullando a la luna en busca de consuelo. Sigo sin entender cómo pueden los pájaros saber hacia dónde volar, cuando yo no distingo este de oeste. En cada charco un recuerdo y en cada gota una canción que me recuerda a ti. No todo es malo cuando se esconde el sol, a veces lo mejor de la vida espera a la oscuridad de la noche para salir. Ven, toma mi mano y vamos en busca de esos sueños que se esconden en el fondo de los vasos de aquel bar. Escucha, el sonido de tu corazón marca el ritmo de mis pasos. Déjame sentarme en tus pestañas, que yo prometo portarme bien... al fin y al cabo ahora no se me ocurre un lugar mejor en el que estar.

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