jueves

El tiempo no significaba nada entre los dos. Las horas pasaban y con ellas la gente iba y venía, pero ellos permanecían. Sentados uno frente al otro, sus manos casi rozándose encima de la mesa como si anhelaran un contacto que ambos sabían que no volvería a producirse. Y así pasaban los minutos, tras varios intentos de conversación fallida el silencio se había apoderado de la situación y ahora marcaba sus propias normas. Qué lástima darían desde fuera, una pareja joven con el mundo a sus pies y en silencio. Claro, que ellos no sabían que ese mundo les había destruido, que ya no quedaba nada en pie. Ellos no veían sus miradas. Miradas que expresaban todo eso que las palabras no lograban. Miradas que llenaban el ruido de las frases que habían dejado tras de sí. Miradas que antaño conseguían capturar todo el oxígeno de la habitación, ahora no hacían más que condensarlo todo en una pelota y lanzárselo a la cara. Si, el tiempo no significaba nada entre lo dos, porque los dos sabían que después de todo, ésto era el final. Así pues...¿por qué apresurarse?

domingo

Y el frío no llega. No se donde se quedó, pero en algún lugar tiene que estar. Puede que entre tus pies o enredado entre tu pelo. O quizás, y solo quizás, entre tus silencios y mis manías de alejarme. Puede que se quedara entre tus idas y venidas o entre mis cambios de humor tan predecibles como la lluvia en agosto. No es justo, que entre arrasando con todo, derribando barreras y haciéndose indispensable para luego simplemente desaparecer. No es justo que cada noche tenga que buscarlo entre mis palmas porque ya no se donde puede estar. No es justo que se haya ido sin si quiera decir adiós, sin un motivo aparente, sin una razón. Vaya, quizá lo mejor sea desaparecer un rato, a ver si así encuentro el momento en el que dejé de hablar del frío y empecé a hablar de ti.

martes

A ver como te explico la situación. Todos tenemos nuestros secretos, espero que no me culpes por ello, quizá algún día te cuente los míos. De resto aquí solo quedo yo, sin trampa ni cartón intentando recuperar el equilibrio que se me perdió entre tus brazos una tarde de primavera. Y para mi asombro, lo consigo. Todo es cuestión de perspectiva, de saber mirar, de no obsesionarse. Parece fácil, que ironía que la realidad sea tan distinta. Pero hoy pinta algo de optimismo, todo eso de que, aunque las nubes lo tapen, el sol sigue ahí y de que lo mejor está por llegar. Hoy pinta algo así como ser feliz, pase lo que pase y a pesar de todo. Hoy pinta echarte un poquito menos en falta y quererme un poco más. Hoy pinta una tarde de lluvia calurosa. Vaya, bienvenida, te he echado tanto de menos...
Gracias, por siempre devolverme la inspiración. PS(L)