domingo

Te presto mis escudos para cuando ataquen los recuerdos, mis sonrisas para cuando no encuentres las tuyas y mis hombros para cuando te falte un poco de apoyo. Te presto mi luz para cuando el camino se oscurezca y mis alas para cuando quieras huir. Puede que caigas, que la lluvia moje tus sueños y que la vida de mil tres vueltas. Puede que yo me pierda y tengas que buscarme entre la maleza, pero mientras esté aquí, te prometo intentar que cada día salga el sol para secar tus sueños, y ayudarte a encontrar el norte. Mientras este aquí, la soledad se mantendrá a raya y siempre tendrás a alguien con quien contar. Así que sacúdete la tristeza, alza la cabeza y vamos a volar, que el viento empieza a soplar y el tiempo no puede ser mejor.

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