jueves

- ¿Qué te pasa?
- Es solo que a veces me siento tan solo...¿así como voy a ser feliz?
- Ah, ¿solo eso?
- ¿SOLO eso?
- Todos nos sentimos solos, cariño. Es una cuestión intrínseca del ser humano, apenas nos rozamos con los demás y ya volvemos a estar solos. Creemos que la felicidad se esconde en esos momentos que salen en las películas baratas. Atardeceres eternos y lunas que hacen palidecer al sol, nos hacen anhelar sentir algo así, algo en lo que poder controlar los detalles y los planos, dejando de lado la magia de lo espontáneo, de esos momentos robados que hacen increíble lo inesperado. Sí, todos nos sentimos solos en algún momento, y eso no tiene que ser malo. La soledad te da una perspectiva que en compañía no consigues. Te hace valorar lo que conseguiste y no supiste conservar, o lo que quizá nunca tuviste y desesperas por tener. Acostúmbrate a esa sensación porque, junto al miedo, te acompañará casi durante cada instante de tu vida. Mi consejo viene de la experiencia, y por ello te digo, atesora cada segundo en el que no te sientas solo, cada persona que te ayude a ello en el camino, aunque luego se pierdan. Porque, aunque al final del día la soledad volverá, el recuerdo de esos tesoros la atenúan de una forma casi milagrosa.







Mi final es para ti que me lees y me pides que te recuerde mientras estoy aquí, todos los TE QUIERO y las GRACIAS del mundo se quedan pocas para expresar todo lo que te debo. (Con esto si te puedes identificar)

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