viernes

Recuérdame en las cosas que nunca te dije, en los momentos que nunca vivimos. En las noches capitalinas frente a un puerto en el que los barcos hace tiempo dejaron de pasar. Harta de repetir que las casualidades te encuentran aunque te escondas tras las cortinas. Silencios que hablan más que las palabras cuando hay poco que decir. Tantas cosas que contar y mi maldita mente sigue en blanco. Bueno, nadie dijo que esto fuera fácil. Sonreir y seguir adelante es lo que resta, ser valiente aunque los nudos de garganta te obliguen a aclarar la voz. Todo saldrá bien, lo prometo. Solo tienes que respirar hondo, cerrar los ojos y empezar a bailar mientras el sol aun brille.



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